sábado, 6 de septiembre de 2014

Antigua Cámara del Castillo de Praga - República Checa



El Castillo de Praga ocupa el primer lugar en la lista del patrimonio cultural del país, el segundo pertenece a las Joyas de la Corona, que son celosamente guardadas dentro del castillo, en la Catedral de San Vito y más precisamente en una cámara a la que se accede por la Capilla de San Wenceslao.

Este conjunto de joyas sólo pueden ser exhibidas dentro del área del castillo, lo cual pasa muy rara vez y por exclusiva decisión presidencial; en el siglo pasado sólo ocurrió nueve veces, la última en 1998 conmemorando el 80º aniversario de la independencia del país.

Sin exagerar, la cámara que guarda las joyas es la más segura de todo el castillo; la puerta tiene siete llaves, cada una en poder de una persona diferente: el presidente del país, el Primer Ministro, el Arzobispo de Praga, los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, el diácono de la Catedral y el alcalde de Praga. Sólo por común acuerdo de los siete la cámara y el cofre pueden ser abiertos.

El tema de las siete llaves no es paranoia ni un capricho sino una tradición establecida por Leopoldo II en 1791, cuando accedió a regresar las joyas a Praga desde Viena, adonde habían sido llevadas por seguridad. El valor de estas joyas es incalculable en sí mismo; su gran significado histórico no podría jamás ser expresado en términos de dinero.

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